Publicado en la revista Setiembre-Octubre 2010
Criar niños en cualquier cultura y durante cualquier tiempo, no ha sido fácil, pero a medida que analizamos la historia del mundo, y en particular la historia bíblica, vemos que algunos padres han tenido éxito. Uno de los mejores ejemplos que tenemos en la Biblia, lo encontramos en Hebreos 11:23-27, donde dice: “Por fe, al nacer Moisés, sus padres lo escondieron durante tres meses; porque vieron que era un niño hermoso, y no tuvieron miedo de la orden que el rey había dado de matar a los niños. Y por fe, Moisés, cuando ya fue hombre, no quiso llamarse hijo de la hija del faraón; prefirió ser maltratado junto con el pueblo de Dios, a gozar por un tiempo los placeres del pecado. Consideró de más valor sufrir la deshonra del Mesías que gozar de la riqueza del Egipto; porque tenía la vista puesta en la recompensa que Dios le había de dar.
Por fe, Moisés se fue de la tierra de Egipto, sin miedo al enojo del rey; y se mantuvo firme en su propósito, como si viera al Dios invisible.” Por medio de este relato de la vida de Moisés, sabemos que si un niño va a llegar a ser una persona consagrada a Dios en una sociedad malvada, es necesario que tenga padres de fe.